martes, 21 de junio de 2011

Tormenta Imprevista

Una vez más llegas sin avisar, una vez más me tomas desprevenida, sin importar el daño que puedes causar.
Una vez más te apoderas de mi piel, cosa que en el momento disfruto, sin ver  las consecuencias que dejaras.  Pero ¿A quién le importa las consecuencias cuando el momento es especial?. A pesar de no entender por qué siempre debo ser la afectada, no  pensaba en tomar previsiones y evitar una desgracia.
Cada gota que besaba mi cuerpo, cada gota alimentaba mi vida, y mis ganas de seguir ahí, ganas de no querer que te fueras, ganas de no tener un horario, ganas de que fueras para siempre, ganas de que fueras una nube que solo estaba conmigo, ganas de no querer compartirlas con mas nadie, gotas que sentía que me pertenecían, gotas que extrañamente se desaparecían cuando se escondía el sol, gotas que en tan poco tiempo se convirtieron en una tormenta, tormenta a la que me volví adicta, pero aun así era mi deber resguardarme bajo ese paragua que le llaman discreción.
Es en ese momento que pienso ¿cuando seré tu adicción, cuando seré tu tormenta, cuando seré esas gotas de agua dulce que yo disfruto cuando besan mi piel? Creo que en mi posición no caben explicaciones, solo me queda resistir hasta que el cuerpo y las ganas me lo permitan. Por ahora me permito estar empapada de ti, con la única condición de que el día que me sienta ahogada me salves alejándote de mi. 

Katty_Bogado

1 comentario:

  1. excelente texto!!! definitivamente eres una maestra de la letras, me encanto.

    ResponderEliminar

El arte de ser quien eres